Los dientes apiñados es algo más normal de lo que nos podemos imaginar. Básicamente es a consecuencia de falta de espacio en la boca que produce que los dientes se coloquen de manera incorrecta, afectando en algunos casos a nuestra salud, pero sobre todo a la estética de nuestra sonrisa.
Es uno de los principales motivos por el que la gente decide utilizar ortodoncia, para así mejorar la mordida y el aspecto general de la boca. Sin embargo hay que tener en cuenta cada caso en concreto, puesto que no siempre los dientes apiñados se deben a la misma causa ni todos deben seguir el mismo tratamiento.
¿Qué provoca los dientes apiñados?
Como hemos dicho, los dientes apiñados se deben, básicamente, a la falta de espacio en la boca. Es decir, cuando el tamaño del hueso maxilar y las piezas dentales no concuerdan en cuanto a tamaño. Esto es habitual que ocurra sobre todo en los seis dientes anteriores de la mandíbula.
Hay dos razones principales por las que podemos tener poco espacio en la boca y en consecuencia, dientes apiñados. Una de ellas es tener una carga genética con esta característica, es decir, que nuestros familiares tengan el mismo problema. Otra razón puede ser la caída temprano de los dientes de leche, porque entonces los dientes posteriores nacen en un lugar que aún no está lo suficientemente preparado.
Dependiendo de cada caso se puede clasificar de más a menos grave, pudiéndose resolver con tratamientos de ortodoncia o, en algunos casos, con la extracción de alguna pieza dental.
En Clínica Ortodoncia Ortega podemos evaluar tu caso en concreto y así recomendarte los mejores tratamientos para conseguir una sonrisa saludable, además de bonita. No dudes en visitarnos sin compromiso. ¡Te esperamos!