Hoy en día no nos sorprende ver a jóvenes y mayores con varios piercings en el rostro. Desde las orejas, los más normalizados, hasta las cejas, la nariz o la boca. Sin embargo, no solo tenemos que tener en cuenta la parte estética para tomar una decisión así, lo cierto es que hay otros factores importantes como por ejemplo que piercings y ortodoncia puede tener unos riesgos.
Los piercings en la zona oral suponen un riesgo aunque no tengamos ortodoncia. No podemos olvidar que se trata de una zona con muchas bacterias, donde se nos acumulan restos de alimentos y que, en algunos casos, pueden provocar infección o inflamación de los tejidos.
¿Qué pasa cuándo unimos piercings y ortodoncia?
El riesgo aumenta cuando además de perforaciones nos estamos sometiendo a un tratamiento de ortodoncia, pues cualquier mal gesto puede alargar nuestro tratamiento más de la cuenta o provocarnos heridas o infecciones.
El piercing puede engancharse con el aparato y provocar daños o desgarros. También es muy probable que nos mordamos la lengua cuando hablamos, comemos o dormimos, influyendo en la posición natural de nuestra boca para evitarlo y, por tanto, alterando el tratamiento de ortodoncia.
Por último, el roce continuado del piercing con los dientes puede provocar desgastes en los mismos o recesión de las encías. Por todo esto es mejor evitar los piercings en la zona bucal y en caso de tenerlo, deshacernos de él cuando nos pongamos un tratamiento de ortodoncia.
Si tienes alguna duda, en Clínica Ortodoncia Ortega contamos con un equipo de profesionales que puede asesorarte en todo lo que necesites sobre tu tratamiento de ortodoncia y los resultados esperados. Si quieres saber más sobre nuestra trayectoria puedes visitar nuestra página web, y si quieres estar al tanto de todas las noticias, no dudes en seguirnos en redes sociales.